Testimonios

Boris Belmont

Querida Martiux, hace un año que me subí de nuevo, esta vez, mi consciencia no me deja bajar…ni quiero, claro.

Deseo agradecerte este maravilloso camino que hemos emprendido, iniciando con el taller del silencio justamente hace un año hasta “concluir” con este consciencia de salud II.

Me ha entrado un interés tremendo por seguir aprendiendo, han “llegado” libros muy interesantes los cuales me han ayudado a entender muchas de tus enseñanzas, en realidad la cosa es simple, y entiendo que “su complejidad” radica justamente en esa simplicidad, los complicados, como tú dices, somos nosotros.

(…) pero me han pasado cosas maravillosas, una de ellas es que me curé de la gastritis completamente, nada de molestias desde hace ya unos cuatro meses, más o menos (desde antes había disminuido, pero regresaba de a poquito), dejé el cigarro hace ya un año y no he vuelto a fumar desde entonces, duermo mucho mejor y aún no tengo trabajo, pero confío en que pronto ya estaré haciendo algo que me genere el dinero que necesito.(esa parte la sigo trabajando), pero lo que en verdad me sorprendió y me dio mucho gusto es darme cuenta del poder que uno tiene cuando hay fe, hace un par de meses, mi hija estaba en el hospital por un ataque de asma (o sea, más claro?), su madre me llamó y que estaba muy mal y eso, pues bueno, no te hago el cuento muy largo pero de verdad que la historia vale la pena, llegué al hospital, estuve con ella un par de horas y de un pronóstico de que se iba a quedar al menos toda esa noche y a ver si salía al otro día, en dos horas la “saque” de ahí ante el asombro completo de los médicos que estaban en ese momento de “guardia” diciendo simplemente: “pues no sabemos qué pasó pero ya está bien…”, pasmados completamente, no sabes que satisfacción, increíble! en verdad, cómo lo hice?, pues hablando con mi hija, ejercicios de respiración, visualización (fuimos a la playa y toda la cosa), súper, ah, pero lo más increíble fue que como a la media hora que llegué mi hija fue al baño, entonces le desconecté el oxigeno y cuando regreso del baño le puse de nuevo la mascarilla pero ¡no volví a abrir la llave del oxigeno!, estuvo casi dos horas sin nada hasta que llegó la doctora que la estaba revisando y fue cuando me di cuenta de que no le había abierto el oxigeno, sólo lo abrí y no le dije a nadie (para evitar, ya sabes), y fue cuando la revisaron y luego de un rato me dijeron, ya se pueden ir!, maravilloso, y desde entonces, ni una gripa ni nada, pues les enseñé a mis hijos usar la respiración y ha funcionado, sólo les digo que tomen y suelten, sabes, y eso, créeme que nunca lo olvidaré y fue gracias a la información de tu maravilloso curso de conciencia de salud.

Ya te contaré algunos otros testimonios si así lo deseas, no sé porque en grupo casi no comentaba nada, me gusta mucho escuchar a los demás porque siento que aprendo más, pero también hay que compartir y pues ahora lo hago, gracias querida Martiux.

Te mando muchos besos y abrazos, que Dios te bendiga, bye.