Sabemos que nuestro cuerpo nos manda mensajes a través de los síntomas, ya que es la única manera que tiene para comunicarse con nosotros. Tal es el caso de la inflamación.
Los “itis” que son tan comunes, como gastritis, colitis, pancreatitis, nos indican que ese órgano está inflamado, esto es a nivel físico; a nivel metafísico, nos habla de que hay pensamientos exagerados y desproporcionados detrás.
Imagina el poder de nuestros pensamientos, que el 10% es lo que sucede y el 90% es lo que yo interpreto del evento.
Es por esto que el mismo evento vivido en una familia, cada quién lo percibe de manera diferente, debido a que cada cabeza es un mundo y cada uno ve una realidad distinta.
Los “itis” simplemente nos quieren decir que estamos exagerando; esto es, inflando y perdiendo la proporción de una experiencia. Por más medicamentos que se tomen, el malestar persiste porque el pensamiento es recurrente.
Al percatarnos de lo que nuestro cuerpo nos quiere decir, a través de la inflamación, podemos darnos cuenta de que estamos exagerando y que lo que nuestro organismo nos pide, es paz para poder ver la experiencia en su dimensión real.
Estamos educados al drama y al sufrimiento, y es por esto que le damos tanta fuerza e importancia a lo negativo.
Meditando y aquietándonos podemos empezar a entrenarnos para recibir la información y resolverlo de una mejor forma, recordando que todo lo que vivo es por algo, pero sobre todo para algo, aprendamos de la experiencia y dejémosla fluir para no repetirla y liberarla de nuestro cuerpo.
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