Mi alma tiene necesidad de agradecer a la vida el tener muchas amigas, de las incondicionales, de esas de verdad. Saben, encontré un par de estudios de las universidades de Los Ángeles y la de Stanford, en los Estados Unidos, que concluyen que la amistad entre mujeres ayuda a enfrentar la vida.
Entre mujeres la amistad produce bienestar y ayuda al desarrollo personal y colectivo. Impacta en positivo a la salud y ayuda a fortalecer nuestra capacidad transformadora.
Esto me encanta ya que pocas veces nos damos cuenta del privilegio de tener amigas. Compartir, hablar, confiar, sentir afecto, amor, disposición y cariño con tus amigas es como haber encontrado un tesoro inagotable para continuar en la vida.
Los estudios de los que hablo destacan como entre amigas llenamos los vacíos emocionales de nuestras relaciones amorosas poco exitosas. Y es que después de 50 años de investigaciones, se identificó que existen sustancias químicas producidas por el cerebro, como la oxitocina, también conocida como la hormona de la felicidad, que se libera en grandes cantidades cuando una mujer enfrenta alguna dificultad y lo habla con sus amigas. La oxitocina se libera y provoca en nuestro cuerpo un efecto calmante y sensación de bienestar.
Estas reacciones no aparecen entre los hombres porque, otra hormona, la testosterona que ellos producen en abundancia, neutralizar los efectos de la oxitocina; mientras que los estrógenos femeninos aumentan la producción de ésta.
Las amigas curan. Los científicos demostraron que los lazos emocionales existentes entre las amigas leales, contribuyen a reducir los riesgos de padecer enfermedades cardiacas.
Así que tener amigas nos ayuda no solamente a vivir más, sino también a vivir mejor. Es más, cuantas más amigas tenga una mujer, mayor es la probabilidad de tener una vida plena y saludable.
Por eso y por muchas razones más ¡Qué vivan las amigas! Gracias a todos y que tengan abundancia sobre sus vidas.
HASTA LA PRÓXIMA
Martha Sánchez Navarro